Pero en el caótico mundo del desarrollo front-end, la obsesión por el código limpio a veces puede hacer más mal que bien.
Exploremos por qué no siempre es el mejor enfoque y cómo encontrar un equilibrio que funcione en situaciones reales.
¿Qué es el «código limpio»?
En esencia, el código limpio es claridad. Es sencillo, fácil de leer y fácil de mantener. El término fue popularizado por Robert C. Martin en su libro Clean Code: A Handbook of Agile Software Craftsmanship.
Es como el enfoque Marie Kondo de la programación: si no produce alegría (o al menos no tiene sentido), refactorízalo.
Pero seamos realistas. El desarrollo front-end rara vez es limpio.
Con un desfile de nuevos frameworks, librerías y mejores prácticas apareciendo cada dos meses, los objetivos de «limpieza» están siempre cambiando.
El problema de obsesionarse con el código limpio
Compromisos de rendimiento
El código limpio suele estar optimizado para los humanos, no para las máquinas.
El siguiente vídeo muestra cómo un código demasiado limpio puede dar lugar a aplicaciones hinchadas e ineficientes:
Piénsalo: dividir la lógica en un centenar de funciones diminutas y perfectamente nombradas puede ser limpio, pero también puede ralentizar las cosas cuando cada clic desencadena una docena de llamadas a funciones.
El rendimiento no solo tiene que ver con los tiempos de carga de la página; tiene que ver con la experiencia general.
Demasiada ingeniería
¿Alguna vez has visto un componente React dividido en tantas partes que necesitarías un mapa del tesoro para saber qué está pasando? Los entusiastas del código limpio podrían llamar a esto «diseño modular».
En la práctica, suele ser un exceso de ingeniería.
Por ejemplo, imagina un simple componente de botón que:
const Button = ({ label, onClick }) => {
return (
<div>
<Wrapper>
<ButtonLabel text={label} />
<ButtonClickHandler onClick={onClick} />
</Wrapper>
</div>
);
};
En lugar de una implementación directa, el código se divide en envoltorios y subcomponentes en aras de la «modularidad».
Ahora, depurar por qué el botón no funciona requiere navegar a través de múltiples archivos, entender el contexto de cada uno y rezar para que no exista ninguna abstracción adicional en otro lugar.
Una versión más simple:
const Button = ({ label, onClick }) => (
<button onClick={onClick}>{label}</button>
);
Es más corto, más rápido de depurar y más fácil de mantener.
A veces, la simplicidad -un único componente bien estructurado- es más limpia que intentar adherirse a reglas arbitrarias.
El contexto importa
Lo que es limpio en un escenario puede ser una pesadilla en otro.
Por ejemplo, adherirse estrictamente a «sin estilos en línea» puede parecer limpio en una base de código centrada en CSS.
Pero, en un proyecto React con tematización dinámica, los estilos en línea pueden simplificarte la vida.
Las reglas dogmáticas de código limpio a menudo ignoran los matices de los proyectos del mundo real.
Desarrollo Front-End: Una bestia diferente
El desarrollo front-end no es solo codificar; es hacer malabares.
Hay que equilibrar la experiencia del usuario, el rendimiento, la accesibilidad, el SEO y las peculiaridades del navegador.
Si a esto le añadimos el incesante ritmo de actualizaciones de frameworks como React o Angular, nos encontramos ante un entorno en el que la perfección es una quimera.
Por ejemplo, la recomendación de React de «dividir componentes». Suena bien, pero dividir demasiado puede introducir una complejidad innecesaria. Pasarás más tiempo ensamblando componentes que construyendo funcionalidades.
Un código limpio tiene que servir a los objetivos de tu proyecto, no sólo quedar bien en una revisión de código.
Encontrar el equilibrio
Entonces, ¿cómo escribir código lo suficientemente limpio sin caer en estas trampas?
He aquí algunos consejos prácticos:
- Optimiza la legibilidad: Escribe código para tus compañeros de equipo, no sólo para ti. Si otra persona puede entender tu lógica sin necesidad de una inmersión profunda cargada de café, lo estás haciendo bien.
- El rendimiento es lo primero: No sacrifiques la velocidad en aras de la estética. Pruebe su código. Si romper una regla «limpia» mejora el rendimiento, hazlo.
- Mantén la flexibilidad: Las normas son buenas hasta que dejan de serlo. Esté dispuesto a adaptar los principios del código limpio a las necesidades de su proyecto. El trabajo de front-end es dinámico, tu código también debería serlo.
- Formato coherente: Utiliza herramientas como Prettier o ESLint para imponer un estilo coherente. El código limpio empieza por la coherencia.
- Comunica la intención: Los nombres claros y descriptivos de variables y funciones contribuyen más a la legibilidad que cualquier regla rígida. Si un desarrollador junior puede seguir tu código, es lo suficientemente limpio.
Reflexiones finales
El «código limpio» es una gran aspiración.
Pero el mundo real es desordenado, y a veces, el enfoque «limpio» puede interponerse en el camino de la entrega de una aplicación rápida, funcional y fácil de usar.
Recuerda.
El código no se escribe por el código.
Se escribe para resolver problemas.
Sé claro, rápido y no te preocupes por las cosas pequeñas.
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